jueves, 22 de noviembre de 2012

Jornada de puertas abiertas

No hace mucho íbamos paseando por la calle tranquilamente con el perro y en pleno caminar el animalito sobresaltado se para en seco con la mirada fija hacia una puerta que se encontraba abierta.

Nuestro primer reflejo al ver el susto que se metió el can fue mirar que pasaba, cuando distinguimos una silueta tenebrosa en medio de una penumbra que se acercaba poco a poco hacia la puerta, algo que nos dio bastante miedo.

Ese miedo se tornó en pánico al descubrir que esa silueta se transformó con la luz en una señora nativa con cara de psicópata, que sin que nos diera tiempo a reaccionar empezó a increparnos y a amenazarnos que ya estaba harta de perros, que se mean en la puerta y que apestan, que todos los forasteros lo primero que hacemos al venir a Bollullos es comprar un perro para darles por culo.

Bien, en primer lugar señora indicarle que el pis huele menos si tiene usted su puerta cerrada, en segundo lugar espere a que nuestro perrito levante la patita antes de increparnos de forma absurda, y en tercer lugar estas vecinas con la puerta día y noche abierta en pleno s.XXI para darle al ojo, son las que tienen a sus perros todo el día trotando por la calle, ladrando a otros perros y gatos, meándose en nuestras puertas y en las ruedas de los coches.

De todo esto sacamos una conclusión, al igual que sus dueños, sólo los perros bollulleros tienen derecho a molestar, ensuciar y andar libremente por la calle. Diga usted que si, que pa eso son del pueblo.

2 comentarios:

  1. Muy buena entrada. Todos los pueblos suelen ser así de cerrados, no creo que sea nada especial.

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  2. JAJAJAJAJAJA, CUANTA RAZON TIENES, ME PASO UN CASO PARECIDO, TOTALMENTE SUBREALISTA.

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