miércoles, 17 de abril de 2013

Feria de Abril

Ya lo pregonaban los Cantores de Hispalis "que no nos falte de ná". Lo único que no decía el estribillo, erá que lo que les falta a los sevillanos son casetas donde sean admitidos.

Con tanta fama mundial, lo que empezó como una feria de ganado se ha convertido en la mejor ruta de senderismo para el sevillano, porque eso es lo único que puedes hacer en la feria, andar.

Al menos, mientras caminas puedes ver en el interior de las casetas como bailan, comen y beben, los afortunados enchufados que se encuentran dentro, al tiempo que el "segurata" de turno te mira con cara de ni lo intentes.

El 90% de las casetas son privadas, incluídas las que son pagadas por nuestros propios bolsillos como Lipasam, Bomberos, Policía Local e incluso la del Ayuntamiento, aplicándose la ley del Forastero a cualquier sevillano que no sea propietario de la correspondiente invitación o taco de vales de consumición.

Al igual que ocurría en los casinos clandestinos, donde tres golpes en la puerta era la contraseña, un gorila se asomaba por una pequeña rendija y daba el visto bueno a la entrada si eras "de confianza", es curioso observar como después de una llamada al móvil o ver como se levanta un brazo desde el exterior, un individuo corre por el pasillo de la caseta hasta la ubicación del vigilante, y un pequeño susurro al oído de éste es suficiente para mirar hacia otro lado.

El resto de mortales, quedamos abandonados en nuestra ruta sin fin por eso que llaman "El Real". Si las fuerzas flaquean pueden aventurarse a entrar en esos nidos de "canis" que son las casetas de los Distritos, donde curiosamente la seguridad brilla por su ausencia, pero no lo aconsejamos si no es en situaciones límites.

En definitiva, una Feria para giris, políticos, famosos, figuras del artisteo y enchufados, donde se les llenan la boca de decir lo fantástica que es, mientras los "senderistas" les llenamos el buche.

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